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Una tierra legendaria bajo las aguas

La Atlántida continúa envuelta en el misterio

La Atlántida, bajo las aguas del Océano AtlánticoLegendario territorio sumergido en las profundidades del océano, la Atlántida sigue siendo aun hoy un auténtico misterio que se remonta hasta la Antigüedad.



La Atlántida continúa envuelta en el misterio

La Atlántida, bajo las aguas del Océano Atlántico
Legendario territorio sumergido en las profundidades del océano, la Atlántida sigue siendo aun hoy un auténtico misterio que se remonta hasta la Antigüedad. En diferentes épocas históricas se la ha buscado y se ha especulado sobre ella, de alguna u otra manera.

Antecedentes mitológicos

Ya en la mitología griega se hacía referencia a esta tierra situada más allá de las columnas de Hércules, que el dios Poseidón había repartido entre sus diez hijos. En ella habitaban los Atlantes, descendientes de Atlas, el primogénito, que se corrompieron y, sedientos de poder, pretendían lanzarse a la conquista del mundo. Ante esto, Zeus decidió aniquilarlos.

Referencia de Platón

Las referencias del filósofo griego Platón a la Atlántida
Platón también aludió a este mito y lo incluyó en sus célebres diálogos: Timeo, en primer lugar, y Critias, con más detalle posteriormente.

Según estos textos, un discípulo de Sócrates llamado Critias contaba este mito de 9.000 años. Se lo había relatado su abuelo, quien lo había oído del político griego Solón. Este último había viajado a Egipto en el S. VI a. C, donde llevó el primer estudio de Ahâ-Men-Ptah, nombre egipcio de la Atlántida.

Versión egipcia de la Atlántida

Un papiro del Imperio Medio (2000-1750 a. C) atestigua la existencia de una versión egipcia de la
Atlántida, en la que el propio Platón se basó y a la que hizo referencia. Este antiguo documento relata la historia de un barco que encalló en una legendaria isla tras una gran tormenta. Algunos de sus supervivientes, acogidos por un grupo de dragones con cejas de lapislázuli, fueron advertidos por el rey de esas tierras, antes de volver a partir, de que la isla desaparecería bajo las aguas.

Los bajorrelieves de Medina-Habu

Bajorrelieves en Egipto
En los años 1930, un pastor luterano alemán llamado Jürgen Spanuth descubrió las inscripciones que el faraón Ramsés III mandó grabar en el templo de Medina-Habu en Egipto. Los bajorrelieves coinciden con el relato de Solón en 560 a. C.

Las grandes expediciones

Siguiendo las numerosas pistas a las que apuntan las más diversas fuentes arqueológicas e históricas, se han emprendido no pocas expediciones en busca de este continente perdido: en la cordillera del Atlas, en el estrecho de Gibraltar, en la Antártida, etc.

Entre todos los lugares destacan algunos enclaves de especial preferencia, como la cordillera del Atlas, en el norte de África; la Antártida, el océano que evocara Platón; algunas regiones nórdicas cuyos pueblos guerreros fueron asociados a los atlantes; el océano Atlántico, en cuyas aguas desapareció este continente, del que sólo se conservan sus montañas más altas, que forman la llamada Macaronesia, integrada por el conjunto de archipiélagos atlánticos como Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde; el estrecho de Gibraltar o antiguas columnas de Hércules; y el Mediterráneo, concretamente en Chipre y Creta.

La hipótesis antártica

La Antártida podría ser la Atlántida
Los exploradores canadienses, Rand y Rose Flem-Ath situaron en 1976 la Atlántida en la Antártida. Apoyándose en el mapamundi que elaboró el almirante turco Piri Reis en 1513, observaron que, mirando el globo desde el Polo sur, todos los océanos parecían pertenecer a un solo y mismo conjunto, o sea, el auténtico océano evocado por Platón. En medio, en el centro del mundo, se encuentra la Antártida, o posiblemente la Atlántida. Los atlantes, que se habrían anticipado a un eventual cataclismo, se habrían refugiado en las tierras más altas, respetadas por el consiguiente maremoto: la Cordillera de los Andes, las mesetas de Tailandia y de Etiopía.

La Atlántida nórdica

Estrabón, geógrafo griego de principios de la era cristiana, fue el primero que habló de una Atlántida nórdica. Según este autor, existía un paralelismo entre las conquistas llevadas a cabo por los atlantes y las de algunos pueblos del norte como los celtas y los teutones sobre los griegos y los romanos en el siglo VI a. C.

A principios del siglo XX, el pastor alemán Jürgen Spanuth forjó sus teorías racistas en la idea de que los pueblos del Mar del Norte como los celtas y los germanos no eran sino los descendientes de los atlantes que consideraba como el “pueblo original”, civilización superior, de raza pura, libre de la influencia exterior y el mestizaje.

Colón descubre la Atlántida

El descubrimiento de América también ha sido interpretado como el resultado fortuito de la búsqueda del Jardín de las Hespérides, asociado con la Atlántida. Así lo afirmó el conquistador Ovidio en un texto suyo de 1525.

La Atlántida, fruto de la deriva continental

La hipótesis de la Atlántida como resultado de la deriva de los continentes surge en el siglo XIX, cuando se observan las enormes similitudes que poseen las civilizaciones egipcia y precolombina.
El periodista inglés Spence va más allá y en 1925 fundamenta su investigación sobre dichas semejanzas en los conocimientos de geología. Según su teoría, la Atlántida se habría desplazado a lo largo del tiempo y debido a distintas catástrofes naturales. Así, el continente perdido habría quedado repartido entre el este (África) y el oeste (América Central y del Sur). Los atlantes se habrían asentado en estas regiones, lo que explica el gran parecido entre la arquitectura egipcia y la andina.

La sumersión del estrecho

Vista satélite del estrecho de Gibraltar
El geólogo francés Collina-Girard dio, no hace mucho, con lo que podría ser la Atlántida, que se encontraba precisamente donde nadie la había buscado, nada más y nada menos que donde la había situado Platón: delante de las columnas de Hércules, en el estrecho de Gibraltar, entre Cádiz y Tánger. Se trata de una isla submarina o antiguo istmo que unía la Península Ibérica y Marruecos, conocida como Majuán o Spartel, de 14 km de largo y 5 km de ancho, cuyo hundimiento pudo ser el resultado del calentamiento climático que sucedió a la última glaciación y que provocó la subida del nivel del mar en 135 m a lo largo de 15.000 años.

La Atlántida africana

Para Heródoto, historiador y geógrafo griego (484-424 a.C), los habitantes de Libia, región que se extendía entre el Atlas y el meandro del río Níger, no eran otros que los atlantes. Su civilización, bastante desarrollada, había sido exterminada en la Antigüedad por los trogloditas, un pueblo guerrero que vivía en los peñascos en Egipto.

Una justificación de la colonización

Vista del continente africano desde satélite
En el siglo XVII se especuló acerca de la existencia de una Atlántida africana situada en las inmediaciones de Canarias y Cabo Verde, que daba con el Atlas al norte y al sur con el golfo de Guinea. Durante la colonización de África, en el siglo XIX, esta teoría cobró auge y sirvió de justificación a la misma bajo el pretexto de que sus antepasados eran africanos.

Fuente: ¿Qué es la Atlántida?

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